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La primera impresión que tiene un inmigrante que viene de un país de mayoría islámica al abrir su corazón a alguno de sus vecinos, amigos o compañeros de trabajo es siempre la misma: su interlocutor no solo no entiende nada de lo que le explica sobre el Islam sino que cree estar escuchando cosas que fueron ya superadas hace siglos por el espíritu humano.

Esto sucede por una simple razón: la mayor parte de nuestros conciudadanos, tras siglos de lucha, han conseguido desprenderse de los dogmas de un Cristianismo obsoleto, de sus fantasías y de sus chantajes. Cuando el musulmán inmigrante quiere traducir los términos árabes fundamentales se ve obligado a recurrir a las identificaciones forzadas que idearon para esos términos los que fabricaron los primeros diccionarios, a saber, los misioneros cristianos que se establecieron en los países islámicos. El resultado es que un musulmán que no se replantee la traducción de todas y cada una de las palabras árabes que vaya a emplear, y que quiera comunicar su experiencia espiritual, lo único que consigue es predicar un Cristianismo trasnochado que hace resucitar en el oyente todos los fantasmas de su tenebroso pasado con la Iglesia: el pecado, la culpabilidad, el infierno, la expiación… etc.

En el mejor de los casos lo compadecerán, como se hace con alguien culturalmente subdesarrollado, y lo tratarán como a un pobre hombre o una pobre mujer que necesita urgentemente de una Ilustración; Y en el peor, saldrán espantados y cortarán todo vínculo.

Al Arabismo siempre le interesó que el Islam fuera esa versión tonta del Cristianismo que lleva siglos difundiendo, porque tras el Arabismo se escondían los intereses de una Iglesia que trataba de evitar la comprensión del Islam y la conversión a él. Pero la verdad, bien sabida por la Iglesia y también conocida por los musulmanes del mundo entero, es que el islam no es Cristianismo, ni es como el Cristianismo, ni es como todos los monoteísmos. (Abdelmumin Aya, Islam sin Dios, editorial Kairos).

La palabra Dios en la frase “Islam sin Dios”, hace referencia a todo aquello de lo que nos queremos desprender: un lenguaje, unos conceptos y unas actitudes ante los hechos espirituales y materiales que no corresponden a la cosmovisión islámica. No aceptamos el marco “religioso” en el que la cultura occidental pretende encuadrar al Islam; el Islam es mucho más que una religión y su influencia va mucho más allá del ámbito meramente “espiritual” en el que la cultura occidental encasilla a las religiones.

Por estos motivos, desde estas páginas digitales, nos hemos propuesto la ingente tarea de “descolonizar” el Islam, de denunciar su “cristianización” y su manipulación, de llamar la atención de los musulmanes para desprenderse de los dogmas, del vocabulario y de todos los añadidos que impiden una comprensión aceptable del Islam.

La forma más extendida de manipulación en los últimos siglos es el lenguaje. La Iglesia Católica y sus arabistas y orientalistas siempre han sido conscientes del poder de la palabra y han desarrollado un método de manipulación que no es otra cosa que el uso del lenguaje con el fin de que los musulmanes colonizados se comporten de una determinada forma o piensen e función de los intereses de quién a través de una posición de poder tiene la capacidad de decidir la forma de comunicar y las palabras a emplear.

De esta forma, los arabistas católicos que participaron en las conquistas coloniales, desde Andalucía al norte de África, desarrollaron un lenguaje y un método de traducción de textos islámicos que desarmaba a los musulmanes, que les quitaba la fuerza liberadora del Islam y los sometía a una cosmovisión que se basa en la aceptación de las “desgracias” y en la “fe” de que los pobres serán recompensados en la otra vida. Esta visión del Islam como “religión” es el complemento ideal de las guerras coloniales, pues introduce en el colonizado la idea de “paz”, de resignación ante el infortunio y de aceptación del poder establecido.

Liberemos el Islam de las cadenas de la interpretación «cristianizada» para que el Islam nos libere de las cadenas del Dunia.

Un comentario en «Islam sin Dios»
  1. Liberemos el Islam de las cadenas de la interpretación «cristianizada» para que el Islam nos libere de las cadenas del Dunia.

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