
Por A. Ramírez
El lobby promarroquí y el dinero de la dictadura alauita en Bruselas
El Acuerdo de Pesca con Marruecos anulado por el Tribunal General de la Unión Europea vuelve a ser noticia. La UE persiste en su intento y enviaron una comisión a los territorios ocupados con el objetivo de convencer a los saharauis de los supuestos beneficios que obtendrían del expolio de sus recursos (…).
El Acuerdo de Pesca con Marruecos anulado por el Tribunal General de la Unión Europea vuelve a ser noticia.
Aunque esta derrota judicial fue un duro golpe para la Unión Europea, los altos funcionarios de la UE persisten en su intento y enviaron una comisión a los territorios ocupados con el objetivo de convencer a los saharauis de los supuestos beneficios que obtendrían del expolio de sus recursos.
Esta comisión ignoró y excluyó a los saharauis en sus entrevistas con las instituciones marroquíes. Además, el informe presentado por Patricia Lalonde, europarlamentaria francesa, resultó ser discutible y contenía falsedades. A pesar de todas estas irregularidades, los nuevos acuerdos de comercio y pesca incluían expresamente al Sáhara Occidental.
La votación de estos acuerdos se llevó a cabo sin un informe previo del Tribunal de Justicia y sin ningún debate en el Parlamento. Como era de esperar, las organizaciones del Sáhara Occidental y el Frente Polisario manifestaron su oposición a este acuerdo, argumentando que no se había respetado su voluntad ni sus derechos.
Desde el principio la Unión Europea negó la inclusión del Sáhara Occidental en los acuerdos y buscaron formas de evadir la ley para mantener el expolio de sus recursos.
Resulta difícil no relacionar estas actuaciones de la UE, contrarias a lo dictado por su propio Tribunal General, con la noticia que saltaba a la luz pública a finales del pasado 2022, sobre la penetración de un poderoso lobby marroquí que, durante años, ha venido actuando en Bruselas.
La policía belga, en efecto, investiga aún una presunta trama de corrupción a favor de Marruecos en el Parlamento Europeo en la que Abderrahim Atmoun, que fue durante años embajador marroquí en Polonia y desde 2016 diputado en Rabat de un partido político oficialista, encabezaba este grupo de presión que habría estado sobornando a eurodiputados para que votaran de forma favorable a los intereses de la monarquía alauita.
Marruecos tiene intereses que defender en Bruselas, como el citado acuerdo de pesca y asociación con la UE, así como la paralización de acciones en favor de los derechos del pueblo saharaui y las denuncias contra la vulneración de estos derechos por parte de la potencia marroquí ocupante.
Según las investigaciones conocidas hasta la fecha, el lobista Abderrahim Atmoun, quien también ha ejercido como uno de los jefes de la agencia de Inteligencia exterior marroquí, habría estado supervisando durante años la trama de “euro corruptos” que presuntamente encabezaba en la Eurocámara el socialista italiano Pier Antonio Panzeri.
Fuente: canarias-semanal.org