La publicidad de los Estados y las multimillonarias campañas de las ONGs occidentales convenciéndonos de la necesidad de caridad de las personas africanas nos hacen ver el mundo de la manera que les interesa a las élites capitalistas occidentales para continuar con el saqueo de los recursos naturales y humanos. Nos convencen de la inferioridad intelectual, de la falta de aptitudes para el desarrollo industrial y científico de la población africana, pidiéndoles que les «salvemos» con un donativo a una ONG para que den de comer a niños desnutridos.
Nos ponen un velo ante los ojos para no ver la realidad. Un velo consistente en imágenes de niños desnutridos, de guerras civiles entre africanos que demuestran la incapacidad para gobernarse sin la «ayuda» occidental, la pobreza generada por el «subdesarrollo» y de la «bondad» occidental para salvar las vidas condenadas a la miseria y la muerte por su propia incapacidad personal y colectiva.
La realidad es otra: la de un continente invadido, colonizado y saqueado al que han condenado a la miseria y la muerte para poder continuar con el saqueo. Es el capitalismo depredador que se alimenta de la sangre africana para poder continuar el dominio sobre seres humanos, pueblos y recursos naturales.
Por este motivo, solo la destrucción del sistema capitalista con todas sus instituciones, sus Estados, ejércitos, sistema económico y político… y sobre todo, su forma de ver el mundo y de relacionarse entre seres humanos y pueblos.