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Mientras, Putin deshoja la margarita esperando que se investigue quién fue el autor del sabotaje y «se condene a los culpables»

Según informa el conocido periodista estadounidense Seymour Hersh, premio Pulitzer, asegura contar con los testimonios que permiten afirmar que fueron dos los países que prepararon y ejecutaron los ataques a los oleoductos Nord Stream: los Estados Unidos, acompañados por Noruega. El periodista no solo describe como, donde y cuando fue la planificación de la voladura, sino que además se revela las triquiñuelas utilizadas por el presidente Biden para eludir la acción tanto del Congreso como del Senado de su país.

POR ADAY QUESADA PARA CANARIAS SEMANAL

   Según informa el conocido periodista estadounidense Seymour Hersh, los dos países que prepararon y ejecutaron el ataque al oleoducto Nord Stream, fueron Estados Unidos y Noruega. . De acuerdo con el informe de Hersh , la planificación del mismo fue iniciada nada menos que en lejano diciembre del año 2021, un año antes de que se iniciara la guerra en Ucrania.

   Las investigaciones realizadas por el citado periodista estadounidense confirman lo que a muchos les parecía una evidente obviedad. Como no podía ser de otra forma, la «mano que meció la cuna» en la operación de sabotaje fue la de los Estados Unidos.
 

    La verdad es que para llegar a esa conclusión ni siquiera era preciso tener la suspicacia policial de Sherlock Holmes. Por varias razones.  En primer lugar, porque estaba muy claro que EEUU iba a ser el gran beneficiario de aquel artero ataque. Pero con ser esto evidente, las numerosísimas declaraciones públicas realizadas por el propio presidente Biden, por su secretario de Estado Tony Blinken y la incontenible bocazasVictoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, dejaban también muy claro cuáles eran las intenciones últimas de la Administración norteamericana en relación con el destino que habían asignado al oleoducto Nord Stream.

   El 7 de febrero de 2022, menos de tres semanas antes del inicio de la guerra en Ucrania, Biden se reunió con el canciller socialdemócrata alemán Olaf Scholz. En la conferencia de prensa posterior, contando con la mismísima presencia de Scholz, Biden no tuvo el más mínimo reparo en advertir:

    – «Si Rusia invade… no habrá más Nord Stream 2. Le pondremos fin».

   Previamente, la Nuland había explicado esencialmente lo mismo:

    – «Quiero ser muy clara hoy», dijo en respuesta a una pregunta. «Si Rusia invade Ucrania, Nord Stream 2 no progresará de una forma u otra».

     También es sabido que después de la destrucción del oleoducto en septiembre, Nuland le dijo al Senador ultrarreaccionario Ted Cruz en una audiencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado a fines de enero:

    “Senador Cruz, como usted, estoy, y creo que el gobierno también, muy complacido de saber que Nord Stream 2 es ahora, como usted dice, un montón de chatarra en el fondo del mar”.

    No obstante, lo más interesante que se ha podido conocer a través del informe del periodista norteamericano han sido los detalles de cómo los EEUU planificaron la voladura del oleoducto. Los explosivos fueron colocados  por buzos de la Marina de los EEUU en junio de 2022 al amparo del ejercicio BALTOPS 22 de la OTAN.

     De acuerdo con el informe periodístico, se desplegaron buzos en el centro de buceo y salvamento de la Marina de los EE.UU en la ciudad de Panamá.  Un detalle que no carece de interés:  Hersh asegura que los buzos  encargados de la ejecución de la operación pertenecían exclusivamente a la Marina y no al Comando de Fuerzas Especiales de EE.UU.

    ¿A qué obedecía esa extraña designación? Pues elemental, querido Watson: las operaciones encubiertas deben informarse al Congreso y comunicarse con anticipación a los líderes del Senado y la Cámara.  Previendo posibles filtraciones, el prematuramente anciano presidente tuvo, no obstante, la perspicacia de de tratar de evitar que los datos pudieran colarse al exterior.
 

     En opinión del periodista Seymour Hersh que, por cierto, fue ganador del codiciado Premio Pulitzer, la razón para la ejecución de ese manifiesto acto de guerra fue que

    «Mientras Europa siguiera dependiendo de los oleoductos para obtener gas natural barato, Washington temía que países como Alemania se mostraran reacios a proporcionar a Ucrania el dinero y las armas que necesitaba para derrotar a Rusia«.

Más claro, el agua.

     Pero la guinda final la vino a poner el presidente Vladimir Putin, que este mismo jueves llegó a decir que el «mundo debería saber la verdad sobre quién saboteó los gasoductos de Nord Stream.  Y por si ello fuera poco, llegó a reclamar que los responsables de lo que supondrá para la población europea una auténtica catástrofe económica «deberían ser severamente castigados».

    La verdad es que estas delirantes expectativas del presidente ruso ponen de manifiesto que «no es tan fiero el oso como lo pintan en Occidente». Con este tipo de infundadas esperanzas puede uno puede llegar entender las razones por las que Putin estuvo durante años mendigando a las puertas de la OTAN para que estadounidenses y europeos le dieranelnihil obstat que le permitiera el ingreso de la Rusia postsoviética en ese   militarizado y agresivo Club de lo más granado del capitalismo mundial. Misterios insondables, pero que si uno reflexiona sirven para poder entender muchísimas cosas. 

Fuente: canarias-semanal.org

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